Amanece otra vez, pero hoy la cosa pinta mojada, a estas horas de la mañana hay que tomarselo con mucha filosofía.
Última visita antes de salir de Locmariaquer, sabía que había un dolmen a la salida del pueblo, lo difícil era encontrarlo, y el estado en que se encuentra y su situación entre fincas no ayuda. Parece mentira, pero es el dolmen de Mane Lud.
En ruta hacia la bahía del Mt. St. Michel hacia el norte, primero pasaré por St. Brieuc, el tiempo no acompaña y no apetece demasiado visitar nada, así que me conformo con hacer una pasada por estas ciudades del norte de Bretaña por si otra vez tengo más tiempo de pasear.
Más tarde Dinan, aquí sí que me apunto la visita para otra ocasión pues merece mucho la pena lo poco que he visto al atravesar el centro.
Finalmente llego al objetivo de la mañana: St, Malo. Una preciosa cité amurallada que es una auténtica fortaleza a pie de playa.
El recinto amurallado tiene rincones realmente acogedores (con un poquito de sol).
En el exterior sorprende ver esas murallas sobre las rocas o directamente sobre la desnuda arena, cuando sube la marea tiene que ser un espectáculo.
Al fuerte del S.XVIII que hay en el exterior se puede ir mientras la marea está baja, sinó solo se puede llegar en barca.
El "Hotel de Ville".
Las vistas a pie de playa son impresionantes, mires en la dirección que mires.
Y parece que nuevamente el tiempo se pone feo, ya estoy acostumbrado, pero ahora estoy ya en la costa norte, así que es como el Cantábrico pero más frío y con más mala leche.
Después de comer sigo de nuevo la ruta, esta vez recorriendo ya la salvaje costa del norte hasta Cancale para llegar a la bahía del Mt. St. Michel a media tarde. La pointe du Grouin mirando al oeste.
Esta zona está plagada de bunkers, nidos de ametralladoras, puestos de observación y casamatas del muro atlántico alemán, la mayoría medio enterrados y cerrados.
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