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CURRAHEE!!!


14 de julio de 2010

Ruta de los 100.000 km.

100.000km, una cifra destacable para hacer encima de una moto, pero no los he hecho en 4 días, no, han sido casi 10 años de rutas a lomos de mi BMW F-650-GS del año 2.000, 100.000km de satisfacciones y descubrimientos, de frío, calor, lluvia, viento y días espléndidos, de paseos y etapas maratonianas, en los que mi fiel compañera me ha llevado siempre hasta donde yo he querido.

Esta es la pequeña crónica de una ruta hasta los confines de la tierra en el oeste realizada en 4 días, con el motivo de cumplir los 100.000km de mi querida maquina.

Día 1, San Juan: Barcelona - Oviedo.

Aprovechando el poco tirón de la verbena de San Juan, descafeinada este año a causa de la crisis o vete a saber qué, salgo de casa antes de las 5 de la madrugada, no hay nada como aprovechar el día en esta época del año. Amanece cerca de Fraga. Paso cerca de Vitoria sobre las 10'30 de la mañana. Bien, vamos bien de tiempo, el primer tirón de autovias y autopistas está hecho. A partir de ahora empieza lo más divertido, atravesaré el interior de Burgos para entrar en Cantabria por el Puerto del Escudo y dirigirme directo a Asturias, ya que hasta allí ya conozco la costa cantábrica.


El Puerto del Escudo es tan espectacular que soy incapaz de encontrar un momento para parar a hacer una foto. Impresionante. Llegada a Llanes a la hora de comer, perfecto, ya tenía ganas de ver el cantábrico otra vez. Llanes es una preciosa villa con aires medievales y muchos rincones interesantes, lástima que estaba todo el centro en obras y el puerto patas arriba, pero eso no me impide disfrutar de esa maravillosa parte de la costa.


De nuevo en ruta después de comer, dirección Oviedo recorriendo parte de la costa por la nacional. Va un poco alejada de la costa, hay mucho tráfico y es un poco caótico porque es viernes, es difícil acercarse a la misma costa y hay una persistente neblina que tampoco acompaña mucho, así que voy tirando mirando el paisaje. Y llego a Oviedo. Mucho tráfico (a quién se le ocurre meterse en el centro de una ciudad con los dos maletones un jueves por la tarde?). Mucha movida, una ciudad preciosa a la que volveré seguro, pero antes de buscar hotel me iré a ver la joya que andaba buscando por estos lares: Sta María del Naranco.


Sta. María del Naranco es una de las joyas prerománicas de nuestro país y es una visita ineludible para cualquier interesado en el arte y la historia.


Calor insoportable, cansancio, zumbido en los oídos... pero un lugar mágico bajo una luz mágica, es difícil dejar un lugar así aunque apetezca una ducha y un buen descanso. De vuelta a Oviedo, a buscar hotel y dar un paseo por el centro.

La catedral de Oviedo y algún que otro rincón del centro.



Día 2: Oviedo - Ribadeo - Ortigueira - Finisterre - Corcubión.

Amanece despejado, de nuevo en ruta hacia la costa, mi próximo objetivo es aproximarme rápido hasta Ribadeo para hacer ese tramo de la costa hasta Ortigueira pasando por Estaca de Bares. De hecho la carretera sigue siendo muy pesada por el tráfico, se aleja de la costa y una neblina que penetra desde el mar se empeña en esconder parte del paisaje.

La playa de las Catedrales.


San Martiño de Mondoñedo, Foz. La verdad es que no es nada fácil de encontrar, pese a saber que está, porque desde luego, como no lo sepas no lo encuentras por casualidad. Se trata de una iglesia pre-románica que está considerada como la primera catedral de España. Otra pequeña joya que no se puede pasar por alto.



Tras mucho rutear por una nacional plagada de obras y un tráfico bastante pesado la llegada al punto más septentrional de la península es un descanso y a la vez la sensación de haber cumplido con uno de los objetivos del viaje: la Punta de Estaca de Bares. Buen sitio para un merecido descanso y picar algo.


Siguiente parada: Fisterra, no sin antes haber recorrido toda la costa hasta Ortigueira y haber atravesado el interior pasando cerca de A Coruña hasta Muixia, donde otro tentempié me hizo olvidar el ligero estrés creado por obras, camiones en maniobras imposibles, carreteras nacionales que atraviesan pueblos desiertos sin ningún servicio visible, señalizaciones incomprensibles, líos de la cartografía ininiteligibles y rutas megalíticas señalizadas totalmente vacías de megalitos (?!).


Fisterra es un lugar increible, no es extraño que los antiguos creyeran que allí terminaba la tierra conocida... el mar mismo desaparece en ocasiones.


Después de alcanzar un objetivo tan singular y después de tantos km en una misma jornada alternando tantos tipos de paisaje diferentes, el objetivo era ya llegar a un buen lugar de descanso, y parece que la elección era la más acertada: Corcubión, acojedor, antiguo y brillante.


La niebla seguía adentrándose a ratos hacia el interior y tapando con aire fantasmal la primera línea de la costa.


Aunque parece que el tiempo va a empeorar de repente, ese vaivén de la niebla te regala momentos como éste.


Día 3: Corcubión - Muros - Isla de Arousa - Santiago - Ponferrada - León.

Amanece más tapado que la víspera en Corcubión, pero inicio la ruta hacia el sur por las rías baixas en dirección a Muros y Noia. Rincones preciosos se alternan en la costa con algunas industrias que más vale ni siquiera fotografiar, es una costa con muchos contrastes, pero aparece desierta a primeras horas y te sientes como si fueras el primer humano que la pisa.


Muros es un Corcubión a lo grande, con más aire medieval pero más turístico, más rico en apariencia, pero menos interesante y acogedor.


Recorrer toda la ría es un espectáculo para la vista. Muros desde el otro lado.


El resto de la mañana pasaría recorriendo la ría hasta Noia y pasando después a través del monte hasta la ría de Arousa, un paraiso que queda algo fuera de mis intereses y otra vez... cubierto totalmente por las brumas marinas. Así que me encamino directamente al interior hacia otro de mis destinos previstos: Santiago de Compostela.


Qué se puede decir del destino de los peregrinos por excelencia? Nada, es bastante indescriptible, mejor ir y disfrutar de sus calles y su ambiente.


Después de callejear y comer algo me decidí a emprender el camino de regreso de forma definitiva, debía dejar Galicia y empezar la ruta de vuelta. Pero no sin antes echar un vistazo a varios sitios que seguro volveré a visitar con más calma en el camino que tengo por delante desde Santiago: el Bierzo, Ponferrada, y por supuesto, León.

Después de una tarde con un tiempo fantástico entre nubes y tormentas que me precedían, llego a León lloviendo, me meto de lleno en el centro buscando hotel, tráfico denso, lluvia, cansancio, etc... decido meterme en el primer hotel que encuentre para no dar vueltas, y doy con él enseguida, 4 estrellas, algo casposo, pero con parking, me quedo y paso de dar vueltas, duchita y sin un descanso me voy a dar una vuelta por el centro.

Y como no podía ser de otra manera, el principal motivo de visitar León era ver su magnífica catedral, una joya del gótico, quizás la más bonita de España, la más pura en cuanto a estilo y proporciones, es semejante a las grandes catedrales góticas del norte de Francia.


El mal tiempo es desagradecido con el que viaja en moto, pero proporciona momentos únicos como éste al fotógrafo.


Día 4: León - Burgos - Soria - Barcelona.

Doy otra vuelta por el centro para ver la catedral al amancer antes de salir, pero está tan nublado o más que la noche anterior. Emprendo la ultima etapa de la ruta con la decisión de llegar a comer a Soria y no parar en Burgos, ciudad que ya he visitado anteriormente. La carretera que une Burgos y Soria es fantástica, rápida y bien trazada, y el paisaje para volver a recorrerlo con tranquilidad, una etapa excelente hasta la misma ciudad de Soria. Allí aprovecho para visitar las ruinas de Numancia antes de comer, bajo un sol abrasador, se visita rápido y aunque es interesante te deja con ganas de más, pues lo que hay a la vista es poco reconocible y te tienen que ayudar las reconstrucciones y el fantástico audiovisual.

Empiezo la ruta de camino a la parte más pesada del viaje y me doy cuenta de la cifra mágica que está a punto de caer en el cuentakm, cuando he salido de Numancia me faltan nada menos que 19km para cumplir los 100.000km. Ha sido un acierto hacer la ruta pasando por Soria y poder disfrutar de un paisaje precioso en este momento esperado. Claro, parece una chorrada, los cienmil se pueden hacer en cualquier lugar y había previsto que los haría aproximadamente en el camino de vuelta pero ya cerca de casa, pero qué mejor que un paisaje hermoso y carreteras entretenidas para cumplirlos?


Y el momento llega sin previo aviso, de repente, la moto funciona igual, no cambia nada...claro, otra chorrada de motero, qué iba a pasar? A la moto le da igual, es un montón de hierros y plásticos, pero no... no para mí. Observas el momento en que se van acercando los 99.999, despacio, hay que parar en un sitio sin tráfico para poder hacer la foto (mentira... llevo 19km ruteando por carreteras ultra-secundarias para que me pille en un sitio idílico y no en medio de una nacional de 3 carriles...), y que quede bien chula.


Y en un sitio bonito...


Y luego arrancas otra vez, y conduciendo tranquilamente esperas que aparezcan los 5 ceros y... ya está: el renacimiento, 00000 (qué les costaba poner un contador con un dígito más? en fin...), y no pasa nada de nuevo, la moto tira como siempre, cada día funciona mejor y sigue haciéndolo después de más de 2.000 km de viaje en 4 días. Otra chorrada... qué iba a cambiar? La moto no se da cuenta.

Pero algo ha cambiado. Casi 10 años y 100mil km. Empieza una nueva etapa.

Ruta realizada entre el 24 y el 27 de junio de 2010. Km recorridos: 2.765.