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CURRAHEE!!!


9 de marzo de 2009

Bretaña-Normandía 2006. Día 7

Comineza el séptimo día como siempre, gris y húmedo. La moto ha dormido estupendamente en un garaje en el interior de la finca, más bien una especie de caballerizas, la salida a la calle es de lo más pintoresca, pero patina como una pista de hielo.


Inicio la marcha otra vez de camino a las playas y el primer punto de visita es el puerto de Port en Bessin. Este fue uno de los principales puertos de desembarco de tropas y vehículos posteriormente al desembarco aliado junto al muelle artificial de Arromanches. Los muelles artificiales tuvieron que construirse apresuradamente para poder descargar todo lo necesario durante las primeras semanas hasta que se hubo tomado todos los pueblos de la costa y este puerto pudo ser operativo, pero el muelle artificial de Vierville fue destruido por un temporal a los pocos días de ser construido.


La costa mirando hacia las playas del desembarco inglés: Gold.


Baterías de Longues sur mer. Uno de los más interesantes y mejor conservados ejemplos entre las de baterías del muro atlántico alemán. Hay que decir que, menos los museos, todas las visitas que hice de este tipo eran totalmente gratuitas y en la mayoría de casos estaban en perfecto estado para ser visitadas sin peligro. Evité unos pocos casos en que la zona estaba cercada y se cobraba entrada, hay suficiente oferta donde escoger.


Estas instalaciones constan de 4 casamatas con sus respectivos cañones en muy buen estado, y solo una de ellas está semidestruida por un alcance directo durante los bombardeos de las defensas de la costa. Otra evidencia de que el bombardeo fue muy masivo pero un tanto aleatorio y demasiado hacia el interior.








El complejo de baterías se encuentra unos 2 km al interior de la línea de la costa. Siguiendo un camino en dirección a la playa se llega en unos minutos al centro de mando y observación.


El centro de observación es una posición realmente fortificado en la misma cima de las colinas que bordean la playa.


Su apariencia es impresionante, es prácticamente inexpugnable.


Desde el puesto de observación superior se dirigían las operaciones de disparo de las baterías de cañones del interior.


Después de visitar las baterías, ruteando hacia Arromanches me encontraba con estas bonitas vistas de la costa con los Mulberry's supervivientes al fondo.



Llagada a Arromanches, punto estratégico del desembarco aliado. Se construyeron unos inmensos muelles artificiales, primero hundiendo barcazas para crear rompeolas y luego montando los Mulberry's construidos en Inglaterra y remolcados hasta allí. Este es uno de los pontones que unían los muelles y ermitían el desembarco de vehículos. La mayoría de piezas que se exhiben en los museos y memoriales han hecho largos viajes, muchos fueron devueltos a Normandía años más tarde después de la reconstrucción de Europa para ser expuestos en el sitio donde desempeñaron su mejor servicio.


El puerto fue finalmente destruido por los temporales, pero quedan algunos Mulberry's varados en los bancos de arena.


Otro museo más, realmente es difícil que alguien sea capaz de absorber tanta información visitando todos los museos que hay en la zona, yo desistí hace días y me dediqué simplemente a pasear.


Un blindado semioruga estadounidense de transporte de tropas.


En algún punto a lo largo de las playas Gold y Juno donde desembarcaron los ingleses, con un de sus carros de combate.


Aquí las playas pierden un poco de interés, estaban menos fortificadas, hay memoriales disemniados aquí y allá como siempre y, porqué no decirlo, estaba ya un poco saturado, así que me dedico a rutear sin prestar tanta atención a memoriales y museos (pese a que todavía quedan muchos).


Un memorial más.


Para variar un poco me desvío al interior antes de seguir hasta la playa Sword. Al menos esto es un poco diferente: la estación de radar de Douvres. Estaba cerrada y no la pude ver con detalle, pero la verdad es que un vistazo desde el exterior basta para hacerse una idea. No hay que olvidar que esto debían ser instalaciones muy tardías, pues el radar empezó a desarrollarse hacia el final de la guerra, entre 1943 y 1944.


Una unidad móvil.


Finalmente llego a la playa Sword, donde desembarcaron los canadienses, aquí las playas ya no tienen mucho interés por lo que respecta al desembarco, es una zona mucho más residencial que lo que he visitado anteriormente, sorprende el contraste entre las playas de Utah y éstas.


Otro museo (que tampoco visité), instalado en un gran bunker que debió ser como un polvorín ya que se encuentra más al interior.


Un Flak 88 alemán.


Y sorpresa: una bomba volante V-1.

Llamadas Vergeltungswaffe-1 (armas de venganza) eran las armas definitivas según Hitler, para vengarse de la derrota sufrida por la Luftwaffe en los cielos de Inglaterra. No esperaba ver un ejemplar por aquí, pues estos precursores de los misiles modernos fueron usados para bombardear las ciudades del sur de Inglaterra y se lanzaban desde mucho más al norte, definitivamente no es su sitio, pero es curioso verla en vivo.


Al final de la mañana llego por fin a una de las visitas más interesantes de la zona: el puente Pegasus. Éste es el actual, construido en 1993, una réplica más grande del original.


El puente Pegasus (nombrado así posteriormente a la invasión de Normandía) fue construido en 1934. Éste fue el primer objetivo de la invasión de Francia por parte de los aliados. Los Paracaidistas y las tropas de operaciones especiales británicas embarcadas en planeadores Horsa llegaron a primera hora del 6 de junio, pasada la medianoche. Los defensores del puente no oyeron siquiera llegar los planeadores que aterrizaron a unos 50 metros del puente, debido al intenso fuego antiaéreo. Las bajas de la 6ª División Británica que tomó los puentes del Orne y el Canal de Caen fueron las primeras vícitmas del día D. El nombre del puente se debe al emblema de la 6ª División Aerotransportada del ejército británico.


El grupo más numeroso de motos que vi en todos esos días. Dejé la mía con ellas para que se sintiera acompañada.


He tenido suerte y en un rato de deambular por allí puedo ver el puente levadizo en acción.




El auténtico Pegasus en el museo dedicado a la operación de captura de los puentes del Orne y el Canal de Caen.


Un planeador Horsa.


Después de una rápida pasada por Caen decido no visitar esa vez el gran memorial que se encuentra en las afueras y dejarlo para otra vez. En vez de eso prefiero encaminarme hacia mi próximo destino en la costa más al norte, antes de empezar la etapa de regreso.

El memorial de Caen.


En algún sitio de camino entre Caen y Le Havre, no tengo ni idea dónde, es lo que pasa a veces cuando ruteas mirando al cielo, buscando el cielo azul que hace días que no veo. Ésta preciosa abadía había sido casi enteramente destruida por los bombardeos, en su interior había un extenso reportaje de fotos sobre la reconstrucción. Es un buen sitio para comer y descansar.


El conocido Pont de Normandie, el viaducto que cruza el Sena en su desembocadura y lleva directamente a las instalaciones portuarias de Le Havre.


Dejo atrás Le Havre, me he pasado un buen rato atravesando zonas industriales y portuarias llenas de obras hasta que he alcanzado el centro, y ya era tan tarde que ni me bajo de la moto, pongo rumbo a un destino más agradable: Étretat, a donde llego con tiempo justo para buscar un hotel y dar un largo paseo antes que anochezca por su maravillosa costa.


Es difícil llegar al final de esos riscos y volver antes que suba la marea. Es realmente espectacular.


Después de llegar hasta casi el arco del extremo norte me encamino hacia el enorme arco del extremo sur, por lo que he visto desde el paseo marítimo se puede "escalar" hasta la cumbre del acantilado.


Subiendo el camino a la cumbre de esos farallones me detengo un rato a mirar esas construcciones en el estrato de roca negra que domina esta zona. Imagino que serán viveros de alguna clase o sus restos, pero después de lo que he visto estos días no me cuesta imaginarme que está relacionado con algun complejo de búnkers y baterías de cañones del muro atlántico, ya desaparecido.


El mal tiempo también tiene sus ventajas, vistas como ésta son únicas.


Finalmente, después de un duro ascenso, ésta es la recompensa: una bonita vista de conjunto de Étretat y alrededores.


Mirando hacia el otro lado continuan las vistas espectaculares de esos acantilados llenos de arcos y contrafuertes.


El gato de Étretat, no tendría mayor interés si no fuera porqué me pegó un susto de muerte Paseando por el pueblo me acerqué a un escaparate de una tienda de decoración a curiosear el gato decorativo que tanto se parecía al mio, cuando de repente abre los ojos y me mira fijamente con esos ojos amarillos y su aire fantasmal.


Aquí termina la séptima etapa, el hotel no era nada del otro mundo, correcto sin más, pero la verdad es que de este pueblo no me llevé un recuerdo demasiado agradable si no fuera por lo atractivo de la costa (y el gato), el pueblo en sí me pareció bastante horroroso, pero me conformé con una cama y una ducha caliente.

Ruta día 7 = 277 km.

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