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CURRAHEE!!!


24 de marzo de 2009

St. Vicenç de Cardona


Los señores de la sal.

Íberos y más tarde romanos fueron los primeros pobladores de este territorio y ya desde muy antiguo se extrae sal del subsuelo de esas montañas.

En el año 798 Luis el piadoso ordena la ocupación del castrum Cardonam, convirtiéndolo en los años sucesivos en fortificación estratégica de la frontera entre el Imperio Carolingio y Al-Andalus. Su situación y la proximidades de las minas de sal hicieron de Cardona un lugar de residencia de la nobleza como vizcondado, condado y luego ducado, linajes que se enriquecieron enormemente y subieron en la escala de poder gracias al negocio de la sal.

A partir de 1450 la estancia de los señores en el castillo se va reduciendo en favor de otros palacios, lo que da lugar, ya en el siglo XVI, a que el recinto comience a utilizarse como prisión del ducado. Años convulsos hacen que el castillo pase a manos francesas y posteriormente castellanas, reforzándose las defensas del castillo y haciendo de él un reducto casi inexpugnable hasta su caída el 18 de septiembre de 1714, una semana después de la capitulación de Barcelona el 11 de septiembre. La guerra de Sucesión terminó en la península cuando se abrieron las puertas del castillo de Cardona convirtiéndolo para siempre en el lugar donde los catalanes defendieron su sobernía hasta el final.

Después de la guerra el castillo volvió a sufrir reformas en su estructura convirtiéndose en plaza militar en diferentes conflictos bélicos hasta las guerras carlistas del siglo XIX. En 1903 el castillo queda vacío y no es hasta 1931 cuando la iglesia de Sant Vicenç es declarada Monumento Nacional, ampliándose la declaración a todo el recinto en 1949.

La entrada al castillo, hoy Parador Nacional de Turismo.


Patio de armas en torno al que se situaban las dependencias de los señores de Cardona.


Al costado sur de la iglesia de Sant Vicenç encontramos una construcción que fue polvorín en la época de uso militar del castillo.


Imponentes muros del los ábsides que hacen patente el estilo románico primerizo.


Después de dar una vuelta por el recinto empezamos la visita guiada en el exterior, en la antigua torre de vigilancia conocida como "Torre de la Minyona". Debe su nombre a una leyenda parecida a otras tantas de la época, según la cual, el señor de Cardona encerró a una de sus hijas en el interior de la torre pues estaba enamorada de un príncipe sarraceno que habitaba al otro lado de la cercana frontera. Se dice que allí pasó el resto de sus días hasta que murió.

Lo que sí es totalmente cierto es que la sala del interior de la torre se convirtió en prisión y los presos eran arrojados por una trampilla desde lo alto de la torre, que en su construcción original llegaba a medir 25 metros.


En esta parte del castillo, la más antigua de la residencia de los señores de Cardona y hoy día parte del Parador de Turismo, hay otro atractivo que hace que venga gente de todas partes especialmente a pasar unas noches en el hotel: la habitación 712, donde se dice que los fantasmas pasan las noches arrastrando mubles por la habitación y suelen hacer uso de ella cuando no hay huéspedes, al menos así lo atestigua algún periodista reconocido e incluso el director del hotel, quien ha permitido por convenio que sus trabajadores puedan subir de dos en dos a esa parte del hotel más alejada. De hecho la sorpresa fue que, según la guía, los colaboradores de Iker Jiménez habían pasado unos días en esa habitación grabando un reportaje hacía tan sólo un par de semanas.


Desde lo alto de la torre se puede contemplar una espléndida vista en todas direcciones, lo que la hacía un punto de observación de la frontera y de las posibles invasiones sarracenas inmejorable, a parte de tener vistas directas sobre todos los caminos por donde se desarrollaba el transporte de la sal. Al fondo los Pirineos nevados.


Vistas espléndidas de los tejados de la iglesia desde la torre.


Vista al antiguo patio de armas del castillo, en su parte original, donde los fantasmas tienen una estupenda terraza para salir a tomar el sol.


Ya en el interior del recinto en una de las partes más modernas: el claustro.


El claustro es un ejemplo de lo que puede ser una reconstrucción controvertida. Por un lado por la gran construcción que tiene encima de parte del parador como se ve en la foto anterior, y en parte porque algunas de sus arcadas fueron reconstruidas con materiales de contraste, evidenciando lo que no es original. Posteriormente se restauró una parte de las arcadas imitando en piedra la talla original.


Un ejemplo de los capiteles modernos copiados de lo que queda de los originales.


Uno de los esbeltos arcos que sujetaban el piso superior del claustro en sus esquinas. La construcción posterior de las habitaciones del parador conservó estos arcos abriendo sus muros y levantando su techo por encima.


Pese a su apariencia original, la mutilación de una parte del claustro y sus esbeltos arcos originales es evidente, aunque poca cosa debía quedar en este lado.


Las "bóvedas pintadas" son hoy un porche de entrada a la iglesia de piedra desnuda. Nada ha sobrevivido de los frescos que llenaban este espacio a la época en que fué usado de almacén por parte de los militares


El interior de la iglesia, imponente, sólida y robusta, austera y simple. Esta iglesia está considerada como uno de los auténticos prototipos del románico catalán.


Vista interior de la cúpula.


Durante la Guerra Civil todo mobiliario y elemento ornamental desapareció, solo se salvaron las rejas de forja, localizadas años después en una casa de la zona y devueltas a su sitio original.


La entrada a la cripta, sobre cuya entrada se conserva (un poco) lo único que quedó de los frescos pintados sobre sus muros. Las entradas originales están en los laterales de esa escalinata, ya que antiguamente no se podía acceder a una cripta de forma tan natural, pues había que hacerlo "con reverencia" por unas escalerillas mucho más angostas.


Ventanas en la cripta.


La escasa iluminación nos permite ver lo simple y sólida que es la construcción.


Vista desde lo que en otras iglesias sería el coro. Aquí se trata de una tribuna desde la que los señores veían la misa separados de la plebe. Se accedía a ella desde dos portezuelas (separadas para hombres y mujeres respectivamente), desde el piso superior del claustro, que a la vez comunicaba con su residencia, de forma que no tenían ni que salir al exterior ni mezclarse con nadie para acudir a misa. La nave central tiene una extraña perspectiva debido a la sección decreciente que tienen los muros al elevarse desde el suelo para aligerar su peso.


Terminada la visita, una vista de la entrada del parador unos niveles por debajo del antiguo patio de armas y residencia original de señores... y fantasmas.


Visita realizada el 8 de marzo de 2009.

Situación:


Ver mapa más grande
Notas: la fotografía de conjunto de la fortaleza está sacada de la red. Textos escritos por Amaia.

2 comentarios:

  1. Cardona es un sitio de ensueño , donde uno puede recordar la antigua epoca medieval y la histçorica fortaleza, que jamas fue conquistada por ningún ejercito.

    Un buen reportaje!!!

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Comentarios